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República Democrática del Congo - Solidaridad en apoyo a la educación de las familias afectadas por el incendio del mes de agosto

14 Enero 2019

(ANS - Bukavu) - El 17 de agosto de 2018 se produjo un devastador incendio en las calles de Irambo y Pesage, en la zona de Nyalukemba de Bukavu, destruyendo más de 300 casas hacinadas y de madera. “Escribí a varios amigos de Europa pidiendo ayuda para familias que habían perdido todo en las llamas. Y he recibido una hermosa respuesta de generosidad”, comenta el P. Piero Gavioli, misionero salesiano en el país desde hace más de 35 años.

Con el acuerdo de Cáritas Diocesana, el misionero salesiano ha decidido ayudar a las familias afectadas y les ha ofrecido pagar los gastos de escolaridad de sus hijos que asisten a la escuela primaria. “Los responsables de las comunidades cristianas de estos barrios han realizado encuestas, en los hogares y en las escuelas, y han elaborado una lista de niños a quienes darles una ayuda”, expresa el misionero.

En Irambo, el “Centro Don Bosco” ha atendido a más de un centenar de menores. Recientemente, una trabajadora social del Centro Don Bosco de Bukavu, Bienvenu Karume, visitó a las familias afectadas por el incendio y pudo comprobar que algunas familias que habían recibido ayuda material o económica de organismos públicos o privados, habían comenzado a reconstruir sus casas. Pero como las autoridades no han tomado medidas para guiar a los habitantes a construir según los estándares de un plan de desarrollo urbano, se repiten los mismos errores que en el pasado.

“Papá ha reconstruido una casa de láminas de metal donde pasamos la noche, pero en condiciones muy difíciles, sin cama, sin colchón y sin buenas mantas. Hace bastante frío...”, se expresa Lea, una niña de 12 años, la sexta de nueve hijos.

“Con la ayuda que ha recibido en materiales y en dinero, mi padre ha reconstruido la casa, pero aún no está terminada; ya vivimos allí, pero es difícil”, añade Ahana Babwine, de 10 años, octava de cada diez niños.

Las familias que han regresado a sus hogares se enfrentan a muchas dificultades: varias casas están hechas de láminas de metal, las habitaciones no están separadas por paredes sólidas y a menudo carecen de todo. Además, cuando llueve, también son víctimas de las inundaciones, porque el barrio se construyó en terreno pantanoso y no son aptos para la construcción.

Por ello el “Centro Don Bosco” ha preferido invertir la ayuda recibida en preparar la escuela para los niños. Al menos, gracias a la solidaridad nacional e internacional, casi todos los niños, los muchachos del barrio se han matriculado en la escuela y, con la esperanza de recibir una educación, tal vez puedan construir un futuro mejor para ellos y sus familias.

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