Como suele ser una manifestación de este tipo en las comunidades cristianas de África, la ceremonia religiosa, iba a durar al menos tres horas con la presencia de mil personas que ocupaban totalmente el pabellón cubierto de la escuela preparados por miembros del ejército y los prenovicios salesianos.

En la pared central, la fotografía del P. Fernando estaba bordeada por la promesa de Don Bosco: “he prometido a Dios que hasta mi último aliento será para mis queridos jóvenes!”

La oración por los difuntos estuvo a cargo del P. Américo Chaquisse, Consejero Regional para África –Madagascar. Posteriormente se realizó la celebración de la Eucaristía con la participación de 60 sacerdotes, siendo una experiencia impresionante de una iglesia local comprometida con su pueblo.

La presencia del Obispo emérito de la diócesis, el Secretario de la nunciatura apostólica en el país, Comunidades religiosas, organizaciones diocesanas, hermanos y colaboradores laicos de otras presencia salesianas en distintos países, grupos y con la asociaciones de la Familia salesiana y de otras entidades religiosas, junto con representantes del cuerpo diplomático español, del gobierno y de las autoridades civiles de la ciudad acompañaban a la Comunidad salesiana y a Marcelino Hernández, hermano de Fernando llegado desde España como representante de la familia.

Un grupo grande, situado la zona del patio de la escuela lo formaban sus muchachos de la escuela profesional y de otros miembros jóvenes de las Comunidades cristianas que en su actitud externa demostraban entender su experiencia de aprendizaje y convivencia con Fernando como un regalo más ofrecido hasta el final más generoso.

Las palabras finales a cargo de Juan Carlos Ingunza, exdirector del centro Don Bosco de Bobó Diulasso, del Vicario General de la diócesis, de la presidenta de los religiosos y religiosas de Burkina Fasso, del secretario de la Nunciatura Apostólica en Malí y Burkina Fasso y del Inspector salesiano fueron una glosa final de la figura del P. Fernando.

El reconocimiento y la valoración de su entrega final hasta el martirio, el agradecimiento a la presencia de la familia en la celebración, el gesto de Fernando al expresar su deseo de permanecer incluso después de muerto en el África, a quienes había entregado su vida; fueron elementos nucleares en la despedida.

Los signos finales de despedida de los restos del P. Fernando se unieron a una procesión hasta la tumba excavada en el jardín de la Casa Salesiana Don Bosco, donde las oraciones del ritual y un aplauso final de despedida cerraron una jornada llena de significados y de esperanza compartidas.

• Title Title
•  

Tweet