La Alcaldesa Appendino recordó que “la semilla que, de un poco más de dos siglos de historia, ha dejado marcas indelebles y ha contribuido a implicar fuertemente el carácter de nuestra ciudad”. Y hoy en día ese carácter sigue presente en la ciudad de Turín. “Las actividades de la Congregación Salesiana, se reflejan en el proceso continuo y en el empeño de educar a los jóvenes y por enseñarles a ser solidarios y atentos con los más débiles, para acoger sin prejuicios a quienes dejan su país de origen y sueñan con construir una nueva vida”.
Monseñor Nosiglia, Obispo de Turín, destacó la actualidad de la experiencia educativa de Don Bosco: “Del patrimonio y de la experiencia que nos dejó Don Bosco, podemos sacar algunos rasgos fundamentales de toda la acción educativa: la autoridad del educador, la centralidad de las relaciones personales, la educación como acto de amor (“Cosa del corazón”, como decía Don Bosco), la formación integral de la persona, la corresponsabilidad en la construcción del bien común”.
Con una mirada a la Familia Salesiana, la Madre Yvonne Reungoat, Superiora General de las Hijas de María Auxiliadora, subrayó la oportunidad y la necesidad de cada capitular en el horizonte mundial. Recordó a las FMA que se preparan para celebrar su Capítulo General. Ha manifestado que “son una oportunidad preciosa para reavivar hoy la pasión apostólica y misionera que alimentó los inicios de la Familia Salesiana y que tratamos de mantenerla viva hoy”.
Se recibió un agradecimiento de los integrantes de la Familia Salesiana. El Sr. Renato Valeria, Presidente de ADMA Primaria de Turín agradeció y deseo que este “CG28 sea un tiempo profundo de encuentro, oración y discernimiento”.
El Cardenal João Braz de Aviz ofreció su mensaje con un horizonte eclesial abierto a la actualidad. Continuó su discurso con una presentación de algunos desafíos actuales para la Vida Consagrada.
En primer lugar, las que implican a las elecciones formativas. Subrayó la atención que debe enfatizarse a nivel justo y renovado a la reciprocidad entre hombres y mujeres. Otro desafío abierto es el que se refiere al servicio de la autoridad. Y, por último, el desafío que espera a la gestión de los bienes eclesiásticos dependientes de los Institutos de Vida Consagrada.
