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RMG – 25 de febrero: 90° del martirio de San Luis Versiglia y San Calixto Caravario

24 Febrero 2020

(ANS - Roma) - En uno de sus sueños, Don Bosco había visto subir al cielo dos grandes cálices con los que sus hijos regarían la misión salesiana en Oriente: uno estaba lleno de sudor y el otro de sangre. Algunas décadas más tarde, desde China, el P. Luis Versiglia escribiría a otro salesiano que le había regalado un cáliz: “Que el Señor me haga devolver a nuestra Pía Sociedad el cáliz que me fue ofrecido. ¡Que se desborde, si no con mi sangre, al menos con mi sudor!”.

Luis Versiglia, nacido en Oliva Gessi (Pavía) el 5 de junio de 1873, a la edad de doce años entró en el oratorio de Valdocco donde conoció a Don Bosco. Fue ordenado sacerdote (1895), y después de haber sido director y maestro de novicios en Genzano, en Roma, en 1906 dirigió la primera expedición misionera salesiana a China. En 1918 los Salesianos recibieron la misión de Shiu Chow del Vicario Apostólico de Cantón. El P. Luigi Versiglia fue nombrado Vicario Apostólico y el 9 de enero de 1921 fue consagrado Obispo. Era un verdadero pastor, dedicado a su rebaño. Le dio al Vicariato una sólida estructura con un seminario, casas de formación, diseñando él mismo varias residencias y refugios para los ancianos y necesitados. Se ocupó con convicción de la formación de los catequistas.

El P. Callisto Caravario nació en Cuorgné (Turín) el 8 de junio de 1903 y fue estudiante del Oratorio de Valdocco. Todavía siendo clérigo, en 1924, partió para China como misionero. Fue enviado a Macao, y durante dos años a la isla de Timor, entusiasmando a todos por su bondad y celo apostólico. El 18 de mayo de 1929, Mons. Versiglia lo ordenó sacerdote.

El 25 de febrero de 1930 los dos misioneros viajaban en barco para una visita pastoral cuando una banda de piratas bolcheviques los interceptó. Los comunistas subieron a bordo y, al encontrar tres jóvenes catequistas, quisieron llevárselos con ellos. Los dos misioneros se interpusieron y fueron atacados y atados, mientras que los piratas saqueaban cuanto encontraban. Uno de los bandidos arrebató los crucifijos a una catequista y le gritó: “¿Por qué amas estas cruces? Los odiamos con toda nuestra alma”. Las jóvenes podían ver a los misioneros confesarse en voz baja antes de ser fusilados en el bosque. ¡Así que los dos cálices soñados por Don Bosco se elevaron al cielo!

Juan Pablo II los beatificó el 15 de mayo de 1983 y los canonizó el 1 de octubre de 2000. Con motivo de la beatificación dijo: “La sangre de los dos beatos está a la base de la Iglesia china, como la sangre de Pedro está en la base de la Iglesia de Roma”.

Con motivo de este aniversario, el Superior de la Inspectoría “María Auxiliadora”, con sede en Hong Kong, preparó una serie de actos del 25 de febrero al 13 de noviembre, y emitió un mensaje en el que decía: “Espero que a través de las diversas actividades que estamos organizando este año podamos aprender el espíritu del martirio de estos dos Santos... Todo cristiano participa en el 'martirio blanco' si pone en práctica el Evangelio y lleva su propia cruz". ¡Presentemos el ejemplo de los santos Luis Versiglia y Calisto Caravario!"

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