Respecto del proyecto, el vicario Inspectorial P. Horacio Barbieri explicó que es fruto de un largo y fecundo camino espiritual compartido entre las Inspectorías de Salesianos (Argentina Norte y Argentina Sur) e Hijas de María Auxiliadora (Argentina Buenos Aires, Argentina Bahía Blanca y Argentina Rosario) que constituyen la RIA (Reunión de Inspectores/Inspectoras de Argentina).
El Acompañamiento Salesiano de Jóvenes se trata de una formación permanente.
“La iniciativa procura acompañar la vida de los adultos (consagrados y laicos) que compartimos la espiritualidad y la misión salesiana en sintonía con el Espíritu, porque Él es el verdadero maestro de vida interior que renueva las personas y crea comunión. Esto supone aprender a actuar de acuerdo con la acción del Espíritu, en la relación de acompañamiento espiritual de los jóvenes”, aseguró el P. Barbieri.
A lo largo de dos años, se pretende realizar instancias de formación presenciales de una semana de duración, en las quecada inspectoría podrá inscribir hasta seis personas al inicio de cada presencial, hasta llegar a un total de 120 personas por presencial en cuatro grupos: Agosto de 2018: Grupo A (30 personas). Febrero de 2019: Grupos A y B (60 personas). Agosto de 2019: Grupos A, B, y C (90 personas). Febrero de 2020: Grupos A, B, C y D (120 personas).
El Equipo Nacional que organiza el proyecto de acompañamiento está integrado por:
Hna. Sofía Caballero (ARO), Hna. Marisa Garlatti (ABA), Hna. Graciela Rechia (ABB), Hno. Guillermo Cejas (ARS) y P. Horacio Barbieri (ARN).
El Director responsable de su implementación es el P. Alejandro Musolino y Betania Maidana actúa como secretaria.
Finalmente, los objetivos de la propuesta “Acompañamiento Salesiano de Jóvenes” fueron explicados por el Vicario Inspectorial:
“El proyecto apunta a ofrecer a pastores, animadores y educadores salesianos una formación que aborde los contenidos esenciales del acompañamiento salesiano de jóvenes mayores de 18 años, desarrollando su fundamentación antropológica, teológica, espiritual y metodológicas y las correspondientes habilidades prácticas, cuidando el ámbito propio de esta disciplina y el aspecto ético de su ejercicio.
Con la ayuda de María Auxiliadora soñamos con ver crecer a toda la Familia Salesianaen toda su riqueza y variedad, desde la identidad de cada persona, echando raíces profundas de interioridad, renovando su vida espiritual y floreciendo y dando frutos de santidad para los jóvenes, tal como ocurrió un día en las vidas de Artémides Zatti, Laura Vicuña y Ceferino Namuncurá.”