Han trascurrido 10 meses del servicio que el Señor le dio como Inspector ¿Qué recuerdos tiene grabados en su memoria?
Me sorprendió la llamada del P. Hugo Orozco. Él me dijo: el Rector Mayor quiere conversar contigo. Al poco tiempo sonó mi celular, me saludó afectuosamente y me dijo: “el Consejo General y tus hermanos de tu Inspectoría desean que seas el Inspector del Perú ¿Qué piensas? ¿Te doy algunos para que lo pienses y me des tu respuesta parecer?”
Y luego ¿qué pasó?
Le respondí que era muy joven para asumir esta responsabilidad. El Rector Mayor añadió: yo fui Inspector a los 39 años, tú tienes 48, por tanto, no hay problema. Entonces pregunté ¿Y los novicios? De eso me encargo yo, no te preocuparte, me contestó. Después me preguntó ¿qué piensas? ¿te doy algunos días? ¿Aceptas? Yo le dije: Don Ángel, usted no espere de mi parte un no.
¿Cómo se siente después de 10 meses como inspector?
Me siento tranquilo y con la confianza puesta en el Señor. No niego que hay cansancio y estrés, pero también soy consciente de la oración de mucha gente, de mi familia y de amigos. Siento que la presencia maternal de la Virgen y de mi madre, son dos armas potentes que el Señor me ha puesto para avanzar con solidez, además de la ayuda de mis hermanos SDB y de los jóvenes.
¿Cuál es el rumbo de la Inspectoría?
El rumbo de la Inspectoría nos lo ha trazado el Rector Mayor cuando en junio, como es normal para todos los Inspectores, lo visitamos y me entregó la “hoja de ruta” para nuestra Inspectoría. Y es eso lo que estoy haciendo. No hay nada inventado de mi parte, sino que es el esfuerzo para lograr el proyecto de la Congregación bajo tres ejes: revitalizar nuestra identidad carismática al servicio de los jóvenes. ¿Qué salesianos queremos ser? ¿Los salesianos del baile, del jueguito, o el educador pastor como lo fue don Bosco? Un segundo eje: una valiente y arriesgada animación vocacional para suscitar en los jóvenes la pasión para seguir al Señor al estilo de Don Bosco. Un tercer eje va por el rediseño de las obras y un trabajo en conjunto con los laicos.
Hemos visto que ha organizado un encuentro Salesianos y Laicos ¿Que nos puede decir?
Ha sido una iniciativa fruto de la necesidad y del trabajo con aquellos que son nuestros primeros colaboradores, para seguir siendo garantes del carisma salesiano en el Perú. Hemos leído los signos de los tiempos, sabemos que laicos y consagrados somos parte del sueño de Dios para el joven del Perú.
Un mensaje a los salesianos, a la familia salesiana y a los jóvenes
Mi esperanza, es hacer realidad el sueño de Don Bosco, siendo educadores pastores para ser signos y portadores de su amor a los jóvenes, sobre todo los más pobres y vulnerables en nuestro país.