En Madagascar la desocupación y la precariedad - económica y socio-política - están obligando a muchas familias a considerar la educación de sus hijos como algo secundario. Las familias se preocupan de algo esencial: la compra de alimentos y las necesidades diarias. Por este motivo, muchos niños son abandonados y muchos padres prefieren confiar en las ‘Instituciones correccionales’ en lugar de ocuparse de ellos.
Actualmente en los 3 dormitorios de la residencia del centro de Anjanamasina se alojan cerca de 110 a 115 muchachos, pero que en realidad se pueden recibir solamente a 60 o 70 muchachos. En tiempo de invierno las mantas o frazadas no son suficientes para todos los muchachos y el único alimento disponible es el arroz, apenas suficiente para 80 personas.
Edward es uno de los “monelli” (muchachos). Después de estudiar la primaria abandonó a la familia, comenzó con las drogas y con el robo. Volvió a su casa, pero los padres lo golpearon y luego, regresó a la vida de la calle, y finalmente fue detenido por la policía.
Njaka tiene 15 años, nació en un barrio difícil, sus padres son pobres, y muy pronto se separan. No pudo terminar sus estudios y empezó a vivir en la calle. Después de robar fue capturado y llevado a Anjanamasina. Se siente solo y abandonado por sus seres queridos.
Rado tiene 15 años de edad. Después de la muerte de sus padres fue encomendado a una tía, y después de poco tiempo fue abandonado. Encontró un trabajo en la capital; y como no conocía se perdió y fue recogido por la policía y enviado a Anjanamasina. Rado vez se preocupa mucho por su futuro, pero se considera perdido en la vida.
Para Edward, Njako y Rado - y muchos otros como ellos - los salesianos se comprometen todos los domingos, y durante las fiestas distribuyen la comida y se dedican a la recreación, a la animación, a la música, al teatro, a los deportes y a la formación espiritual. Los muchachos participan de la Santa Misa y de los sacramentos, reciben la catequesis y la formación religiosa y educativa. Por otra parte los salesianos regalan a los muchachos más necesitados: ropa, mantas y todo lo que ellos necesitan.