En la sesión en lengua española, Adam Rudin, director del programa de voluntariado “Salesian Lay Missioners” de New Rochelle, expuso algunas ideas sobre cómo construir relaciones sanas con las comunidades de acogida, centrándose en expectativas claras, comunicación eficaz y preparación profunda de los voluntarios. En este sentido, explicó cómo unas líneas guía escritas definen las responsabilidades de los voluntarios, del programa y de la comunidad de acogida, y garantizan una comprensión compartida de la misión y de los estándares para el servicio. Antes de la partida, además, los encuentros con los directores de los lugares de destino abordan los valores del programa, la formación, la logística, las estructuras de apoyo y el contexto local. Finalmente, los voluntarios reciben también una presentación actualizada de las realidades en las que operarán, de modo que lleguen con expectativas realistas y una comprensión respetuosa y bien informada de la comunidad en la que servirán.
Del mismo modo, Ulla Fricke, de “Don Bosco Mission” de Bonn, subrayó una serie de áreas de interés importantes para reforzar la preparación de los voluntarios y las colaboraciones. Subrayó el valor de una identidad salesiana compartida, sostenida por estructuras, roles y expectativas claras, así como la necesidad de comprender las diferentes culturas comunicativas y de apoyar constantemente a los socios sobre el terreno. Fricke destacó algunos desafíos como la salvaguardia de los menores y la conciencia poscolonial, el clericalismo, las distintas visiones sobre los roles de los voluntarios, la elevada rotación del personal y las diferencias en el estilo de comunicación. Señaló la importancia de gestionar las dinámicas jerárquicas con sensibilidad, manteniendo ese “vínculo” relacional cálido que caracteriza la colaboración salesiana, afrontando con atención las crisis y los temas delicados e invirtiendo en la construcción de una relación de confianza a largo plazo para sostener relaciones sanas y orientadas a la misión.
Karen Amaro, de Uruguay, directora de una obra social salesiana y miembro del equipo inspectorial del VMS, ofreció valiosas intuiciones desde el punto de vista de las comunidades de acogida. Subrayó la importancia de acompañar a los voluntarios con cuidado y coherencia, asegurándose de que se sientan acogidos, apoyados e integrados en la vida de la comunidad. Señaló también que es esencial una relación fuerte y basada en la confianza con la organización de envío, que favorezca una comunicación abierta, el compartir de responsabilidades y una misión común centrada en el bienestar tanto de los voluntarios como de los jóvenes a quienes sirven.
Asimismo, el padre Chris Kunda, delegado para la Pastoral Juvenil de Zambia, Botsuana, Malaui y Zimbabue, compartió la experiencia de su Visitaduría ZMB en la acogida de voluntarios desde los años noventa, con un gran trabajo de coordinación entre la pastoral juvenil, las misiones y los directores de la comunidad. El primer paso es cuidar la comunicación con las organizaciones de envío, sobre todo para aclarar las políticas de inmigración y otros desafíos aprendidos con la experiencia a lo largo del tiempo, mientras que el segundo es acompañar a la comunidad de acogida, en particular en la persona del director.
Muchos de los sentimientos expresados en las primeras intervenciones de Rudin y Fricke fueron retomados por Amaro y el padre Kunda.
A las presentaciones siguieron valiosos debates sobre el tema. Algunos de los puntos discutidos subrayaron:
Que unas relaciones sólidas entre las comunidades de envío y de acogida son esenciales para el éxito de las experiencias de voluntariado. Que una comunicación clara desde el principio, perfiles de trabajo precisos y una comprensión recíproca de los roles, de las jerarquías y de los contextos culturales ayudan a prevenir problemas futuros. Que encontrarse en persona con los socios y establecer un mentor designado es de gran ayuda para los voluntarios durante su servicio.
Los participantes subrayaron también la necesidad de aclarar las expectativas contractuales, incluidas las cuestiones económicas, y destacaron la importancia de preparar a los voluntarios para la cultura local, la naturaleza del trabajo, la vida de la comunidad y sus competencias y responsabilidades, de modo que las comunidades de acogida puedan sostenerles de manera eficaz.
El encuentro concluyó con actualizaciones sobre el sitio web del VMS y la difusión de informaciones generales.
Estas sesiones de formación en línea están abiertas a todos los que estén interesados o trabajen en el Voluntariado Misionero Salesiano. Se celebrarán dos veces al año, en mayo y en noviembre.
Todos los interesados pueden mantenerse al día sobre las actividades del VMS visitando el sitio web https://salesianvol.org o solicitando la inscripción al boletín escribiendo a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..
«Agradecemos a todos los participantes, procedentes de España, Colombia, Bolivia, Perú, Estados Unidos, Venezuela, México, Uruguay, Ecuador, Italia, Lesoto, Irlanda, República Checa, Eslovenia, Francia, Alemania, Hong Kong, Austria, Marruecos, Zambia, Australia, Hungría, Gran Bretaña, Vietnam, República Democrática del Congo y Camboya: un vasto mosaico que es solo una pequeña representación del Voluntariado Misionero Salesiano a nivel global», concluyen los responsables del VMS.
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