Incluso antes de la partida, los voluntarios, junto con los estudiantes del Instituto Salesiano “Dom Luiz Lasagna” y la comunidad de la capilla “São Domingos Sávio”, ambos en Araçatuba, se movilizaron en diversas campañas de solidaridad, recolectando alimentos, ropa, mantas, juguetes, leche y medicamentos. Una de las acciones más emblemáticas fue la “Farmacia en el Pueblo”, coordinada por la estudiante de Biomedicina Louise Elias de Carvalho, quien recolectó medicamentos básicos para abastecer la Unidad Sanitaria Básica (UBS) del pueblo xavante de São Marcos. “Sentimos que es un esfuerzo pequeño en comparación con todo lo que viven y necesitan, pero es un paso importante para mejorar el bienestar de las comunidades”, afirmó Louise.
Además de la recolección de donaciones espontáneas por parte de pequeños benefactores, también iniciativas de autofinanciamiento, como la venta de hot dogs, contribuyeron a sostener la misión. La amplia participación de los estudiantes reflejó la importancia del proyecto, que va más allá de la solidaridad y desde hace años se ha consolidado como un espacio de formación integral.
Una experiencia contagiosa
Para el estudiante de medicina Luiz Eduardo Castanhar Olsen, la experiencia fue reveladora. “Pensaba que iba a llevar nuevas experiencias, mostrando cómo somos en Araçatuba. Y entendí que en realidad somos nosotros quienes aprendemos: ellos tienen mucho más que enseñarnos sobre la unión, la familia, la amistad y la felicidad. La alegría es contagiosa. El VAMS consiste en aprender de ellos, y no al contrario”, reflexionó.
Thaís Maria Ruas dos Santos, estudiante de segundo año de Educación Física, también vivió su primera experiencia con el VAMS y se conmovió por la acogida de los niños. “Antes de estar aquí, imaginaba un servicio de voluntariado muy ordenado, no pensaba que me implicaría tanto. El afecto que los niños nos tienen compensa todo el esfuerzo. Estoy muy feliz, espero poder repetirlo muchas veces”, expresó Thaís.
El estudiante de Farmacia, Igor Landin Rodrigues de Souza, definió el VAMS como una experiencia única. “Son momentos increíbles, contactos que no esperaba, afecto que no imaginaba transmitir ni recibir. Solo quien viene aquí para vivir estas sensaciones entiende lo que es esta energía”.
Conocimiento real
Para el salesiano hermano Tarley da Guia Nunes da Mata, que trabaja en la tierra indígena de São Marcos, la misión va mucho más allá de las donaciones materiales: “Es importante que los estudiantes universitarios tengan este contacto personal con las poblaciones indígenas. Esto favorece el compromiso, el conocimiento real de estas culturas y una visión social positiva del otro. Es un camino de reconstrucción, sin idealizaciones, pero con respeto recíproco y en espíritu de convivencia pacífica”, explicó.
También él subrayó el impacto en las diversas dimensiones de la vida de los voluntarios. “A nivel personal, profesional y espiritual, los frutos son inmensos. Se dan cuenta de que los niños los recuerdan, que existe un vínculo verdadero. Esto hace madurar y toca profundamente, sobre todo cuando descubren la espiritualidad presente en la cultura indígena, que tiene su propia manera de ver a Dios y al mundo”.
Acompañando la misión, junto con el equipo de la Pastoral y algunos docentes de UniSALESIANO, estuvo el vicerrector con delegación para la Pastoral, el padre Paulo Eduardo Jácomo, SDB, quien subrayó cómo el VAMS es una campaña con un destino cierto, con un compromiso real. “Los estudiantes universitarios comprenden el significado de la solidaridad y del servicio; esta misión transforma a las personas porque une conocimientos técnicos, experiencia humana y crecimiento espiritual”, concluyó.
Monique Bueno
