El encuentro contó con la presencia del padre Alfred Maravilla, ex Consejero General para las Misiones, que desempeñó el papel de ponente. En su sesión principal, el padre Alfred destacó la importancia del espíritu misionero en el carisma de Don Bosco, exhortando a los participantes a reavivar su pasión por acercar a los demás a Cristo. Subrayó que el celo misionero va más allá de las misiones internacionales, invitando a los miembros a cultivar un «corazón ardiente de amor por Jesús» y el valor de salir de su zona de confort. El padre Alfred también guió a los participantes en un examen de conciencia, desafiándolos a evaluar si aún encarnan el espíritu misionero de Don Bosco en su vida cotidiana. A continuación se celebraron debates en grupo, que permitieron a los miembros reflexionar sobre sus palabras y explorar formas de vivir más plenamente su misión.
El padre Alfred profundizó luego en los resultados clave del 29º Capítulo General, subrayando la fe, la fidelidad y la vulnerabilidad como pilares de la vida salesiana. Destacó que la fe es el ancla de la vitalidad espiritual, la fidelidad garantiza un compromiso constante con las prácticas salesianas y la vulnerabilidad requiere una atención renovada a los jóvenes marginados, en particular a los que se enfrentan a injusticias sociales y exclusión. Estos valores, aunque dirigidos principalmente a los salesianos, se presentaron como esenciales para que la Familia Salesiana en su conjunto continúe su misión de manera eficaz.
Siguiendo la inspiración del día, el padre Godofredo Atienza, delegado de FIS para la animación de la Familia Salesiana y la Misión, compartió las historias de los salesianos pioneros que fundaron las obras de Don Bosco en Victorias City. Destacó la disciplina del hermano coadjutor Andrew Braggion y la dedicación pastoral del padre Peter John Clifford, en particular su ministerio en el sacramento de la reconciliación. Los participantes de cada grupo compartieron luego sus reflexiones y compromisos durante una sesión plenaria.
La reunión concluyó con una solemne celebración eucarística, dando gracias por las gracias del día y renovando el celo misionero de la Familia Salesiana. El padre Alfred desafió a los participantes a asumir compromisos misioneros concretos, extendiendo sus esfuerzos más allá del círculo salesiano.
Esta serie de encuentros formativos continuará en los próximos meses, con citas programadas para los clústeres de Cebú y Mindanao, mientras la Familia Salesiana profundiza su compromiso con la visión misionera de Don Bosco.
