El volumen reúne documentos y testimonios relativos sobre todo a la acción apostólica y misionera del monseñor Versiglia y representa el fruto de una larga y apasionada investigación, signo de la viva memoria conservada y cultivada tanto en la comunidad civil y eclesial de Oliva Gessi (Pavía), como en la comunidad diocesana de Tortona. La búsqueda de documentación y testimonios se llevó a cabo en diversos frentes, extendiéndose desde sus tierras de origen y varias localidades italianas hasta el territorio de su misión, China; también a los países europeos donde Versiglia se dirigió en 1922, y hasta América, donde pasó poco más de un año en 1926. Numeriosos archivos fueron consultados y muchas personas contactadas.
El volumen es una invitación a sumergirse en la China de los primeros decenios del siglo XX, marcada por la miseria y por el continuo sucederse de guerras civiles, para conocer sus usos y costumbres. Es una invitación a descubrir la obra infatigable de los misioneros salesianos que consagraron su existencia a la evangelización del pueblo chino y a un gran compromiso educativo, especialmente en favor de los jóvenes, de los pobres, de los huérfanos y de los enfermos.
La presente publicación aparece con ocasión del Año Santo, que exhorta a ser “Peregrinos de esperanza”. San Luis Versiglia fue un misionero de esperanza en tierra china. Su rostro y su obra estaban fijos en Jesucristo, única nuestra esperanza. La vida de este hijo de Don Bosco fue una respuesta concreta al mandato de Cristo Resucitado, que envió a los discípulos a evangelizar a todos los pueblos. El monseñor Versiglia lo hizo con estilo salesiano: con cercanía, compasión y ternura, cuidando la relación personal con los hermanos y las hermanas en sus situaciones concretas.
Además, vale recordar que este año se celebra el 150° aniversario de la primera expedición misionera salesiana, deseada y promovida por san Juan Bosco, quien envió a los primeros misioneros a las tierras de la Patagonia argentina. «De este modo damos inicio a una gran obra, no porque se crea que se convertirá al universo entero en pocos días, ¡no! Pero ¿quién sabe si no será esta partida y este poco como una semilla de la que deba brotar una gran planta? ¿Quién sabe si no será como un granito de mijo o de mostaza que vaya extendiéndose poco a poco y no deba producir un gran bien?». Son estas las palabras que Don Bosco dirigió a sus diez salesianos que partieron para la primera misión en Patagonia.
Aquella primera expedición representó el inicio de una tradición misionera que ha llevado a los salesianos a extender su obra en todos los continentes. Y entre ellos, san Luis Versiglia, jefe de la primera expedición en China y protomártir salesiano junto con san Calixto Caravario.
