Como siempre al inicio de la sesión informativa, Ruffini informó sobre el viaje de los padres y madres sinodales, que hoy recibieron un ejemplar de la carta apostólica del Papa C'est la Confiance sobre Santa Teresa. Entre el lunes y el martes, informó entonces el Prefecto de las Comunicaciones vaticanas, trataron los temas previstos por el módulo B2 del Instrumentum Laboris sobre la "corresponsabilidad en la misión". Precisamente, "corresponsabilidad" es la palabra que se propuso introducir en sustitución de "cooperación" en el Derecho Canónico, del que se pidió una "revisión". No una revolución, sino una evolución: "Las cosas se pueden cambiar si cambian las necesidades de la Iglesia... Se pueden hacer cambios para responder a las circunstancias de las comunidades particulares", subrayó Monseñor Anthony Randazzo, obispo de Broken Bay, canonista y Presidente de la Federación de Conferencias Episcopales de Oceanía.
Sobre el tema de la reforma, la Asamblea sinodal debatió mucho sobre el papel de la mujer, una cuestión importante, pero no la única ni la predominante. Como tampoco ha sido predominante hasta ahora el tema del sacerdocio femenino: "Un tema de nicho", lo llamó el profesor René Ryan, según el cual no refleja las necesidades reales de las mujeres de hoy. "Creo que se presta demasiada atención a este tema y, cuando nos centramos demasiado en una cuestión, nos olvidamos de lo que necesitan las mujeres en todo el mundo", afirmó el profesor. "Deberíamos analizar otras cuestiones, como el hecho de que las mujeres tengan que elegir entre la maternidad y la carrera profesional", insistió, "deberíamos hacer más para asegurarnos de que las familias reciben todo el apoyo posible".
Los informes de los Círculos Menores en varias lenguas y las intervenciones individuales se centraron también en otras cosas: en la importancia de la parroquia y la comunidad, en los ministerios laicales que "no son tapones para la falta de sacerdotes" y "no deben clericalizarse" y en el servicio que prestan los sacerdotes, de los que "como comunidad de bautizados, no podemos prescindir".
Similar atención se prestó al ministerio del obispo: "Una figura paternal que nos acompaña y expresa amor, cuidado, preocupación", señaló la Secretaria de la Comisión de Información, Sheila Pires. El obispo debe promover el diálogo interreligioso y ecuménico, debe gestionar las finanzas, los aspectos económicos y jurídicos y, precisamente, para no verse agobiado por estas cuestiones, se propuso, dijo Sheila, que, en virtud de un "estilo sinodal", pudiera recibir ayuda de colaboradores y expertos.
Numerosas ideas, por tanto; muchas cuestiones fueron abordadas. Ninguna conclusión, sin embargo, al menos no en esta primera fase, que, aclaró el cardenal López Romero, es solo la mitad de un camino que comenzó en octubre de 2021 y continuará en 2024. "Lo que estamos viviendo aquí en Roma no es el Sínodo", dijo el arzobispo, recordando los miles de encuentros vividos en los últimos dos años entre parroquias, diócesis, comunidades religiosas de todo el mundo. "Ha merecido la pena... Realmente hemos conseguido trabajar con las cenizas para que pueda encenderse una nueva llama", dijo el arzobispo. "A estas alturas no tenemos que esperar propuestas: aún nos queda al menos un año de trabajo, y estoy casi seguro de que tendremos deberes que hacer. Entonces sacaremos conclusiones para llegar a propuestas más concretas".
El joven jesuita nigeriano Agbonkhianmeghe Emmanuel Orobator, uno de los teólogos de mayor renombre internacional, habló a continuación sobre la bondad del proceso sinodal, diciendo: "Estoy convencido de que el proceso será más importante que el resultado. Esto puede llevarnos a vivir una nueva forma de ser Iglesia", porque podemos "beneficiarnos de la sabiduría, las ideas, los dones únicos que la diversidad ofrece a la Iglesia".
La diferencia como virtud, pues. De hecho, son muchas las "divergencias" que surgen entre los sínodos, pero -aclaró Lopéz Romero- "nunca son enfrentamientos entre facciones", ni siquiera "hostilidad y animadversión". La lógica es dialogar, no "responder al otro". Tampoco es para responder a los periodistas: 'El Sínodo no está pensado para responder a las preguntas de un periodista u otro, sino que está pensado para un discernimiento de la Iglesia que nace de un proceso', dijo Ruffini en respuesta a una pregunta de los periodistas. Discernimiento, es decir, 'sobre cómo la Iglesia puede caminar en el mundo'. Un proceso que aún es largo, pero que, como dijo el cardenal Lopéz Romero, requiere "paciencia y esperanza": "Paciencia, mucha; esperanza, toda".
Fuente: Vatican News -
