El 22 de septiembre, en la Casa Inspectorial de Shillong, el Postulador se reunió con 30 sacerdotes, religiosos y laicos, entre ellos la Madre General de las Hermanas Misioneras de María Auxiliadora (MSMHC), Sor Philomena Mathew, los inspectores salesianos de Shillong, P. Pablo Olphindro y el P. Jenaro Sangma de Guwahati, el Padre P. José Puthenpurankal y el P. Barnes Mawrie, vice-postular, y la Superiora Provincial de Shillong de las MSMHC, Sor Mary Concepts Dhkar.
Definiendo el noreste de la India como la tierra de la evangelización y el carisma salesiano, el P. Cameroni invitó a todos a tomar nota de cómo la santidad salesiana floreció en la vida de los primeros misioneros y cómo la Iglesia ha reconocido el inicio del proceso de canonización del venerable Mons. Stefano Ferrando, y de los Siervos de Dios P. Constantine Vendrame, Mons. Oreste Marengo.
El P. Cameroni ofreció pautas y sugerencias para promover estas causas de beatificación, destacando también los lugares donde estos misioneros vivían y llevaban a cabo su labor evangelizadora.
Además, durante los dos intensos días pasados en Shillong, el P. Cameroni conoció diferentes realidades de la Familia Salesiana. Se reunió con 95 estudiantes de teología del Centro del Corazón Sagrado de Shillong, donde presentó la santidad salesiana y visitó el santuario que alberga los restos mortales del Siervo de Dios P. Constantino Vendrame. Dialogó con 31 novicios salesianos y tuvo la oportunidad de interactuar en varias ocasiones con las Hermanas Misioneras de María Auxiliadora, fundadas por el venerable Stefano Ferrando.
El P. Cameroni conoció de primera mano una congregación rica en espíritu misionero y con numerosas vocaciones: aspirantes, novicias y jóvenes. En la Casa Madre de la congregación, rezó en la tumba donde se encuentran los restos mortales del fundador; y visitó algunas obras dedicadas a niños pobres, huérfanos, sordos, mudos, y con diferentes discapacidades.
Estos días trascurridos en estos lugares, han confirmado la vitalidad de la presencia salesiana en el noreste de la India y que es fruto de un trabajo generoso y sacrificado de los misioneros, hombres de paz y reconciliación, que llevaron el Evangelio y acogieron a los jóvenes y a los pobres con el corazón apostólico de Don Bosco y bajo la poderosa protección de María Auxiliadora.
