Este año 2017 la comunidad de los bororos realizaron una romería llevando en alto los nombres de los mártires. Este gesto de amor a los mártires fue promovido por el obispo de la diócesis de Rondonópolis-Guiratinga, Mons. Juventino Kestering, dirigida por la Sra. Leonída Akíri Kurireúdo.

Para recordar a los mártires que murieron defendiendo los derechos de los indígenas colocaron como lema: “Mártires: testigos y defensores de la vida”.

Esta romería se convirtió en un acontecimiento que unió a los fieles, pues participaron cerca de 10.000 personas. Al final de la tarde, cuando llegaba la noche celebraron la Eucarística junto al río rojo, para agradecer a Dios el valor del martirio.

Las banderas que llevaban al iniciar esta romería tenían los rostros de los mártires. Este encuentro se convirtió en una manifestación religiosa de “recuerdo, de oración y de compromiso”.

Mons. Juventino animó a los fieles a vivir este encuentro como compromiso e invitó a todos a no olvidar el proceso de beatificación y martirio del P. Rodolfo Lunkenbein y el indio Simão Bororo. Reflexionando sobre el evangelio de la resurrección de Lázaro, el obispo invitó a todos a gritar: “Desátate y camina por la vida” y pidió encender las velas y la luz de sus celulares para recibir a la Virgen de Aparecida para que Ella ilumine “la oscuridad de Brasil que se encuentra dominada por la corrupción”.

La romería que se realizó en favor del P. Rodolfo Lunkenbein y el indio Simão Bororo es el recuerdo de unos hombres que dieron la vida por Dios, por la gente, por los derechos de las tierras, es “convertirse en peregrinos, en profetas del Reino, en pastores sociales, en defensores de los pobre”, escribía el Obispo Casaldaliga.

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